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Con el verano llega el sol, su calor y sus peligros. ¡Cuidado con la deshidratación!
La deshidratación es una afección frecuente en los niños, sobre todo durante los meses de verano o cuando están enfermos. Se produce cuando el organismo pierde más líquidos de los que ingiere, y puede dar lugar a complicaciones graves si no se trata rápidamente. Es aún más peligrosa cuando un niño está expuesto a ella. No olvides darles de beber agua y protegerles la cabeza del sol con una crema de sombrero protección UV o un gorro de baño !
Por eso es importante saber reconocer los signos de deshidratación en los niños y qué hacer al respecto. He aquí los principales signos de deshidratación que debes observar en tu pequeño:
La sed es uno de los primeros signos de deshidratación. Si tu hijo se queja de sed o te pide constantemente de beber, puede indicar que está perdiendo más líquido del que ingiere. Por tanto, ¡esté atento a estos síntomas!
La boca seca también es un signo de deshidratación en los niños. Si su hijo tiene la lengua y la boca secas, puede ser señal de que su organismo necesita hidratarse.
Si su hijo orina con menos frecuencia de lo habitual o si su orina es más oscura, puede indicar que está deshidratado. La orina oscura y escasa es un signo de que el organismo de su hijo está reteniendo agua para compensar la pérdida de líquidos.
La fatiga y el letargo también son signos de deshidratación en los niños. Si tu hijo se queja de cansancio o se duerme a menudo, puede indicar que su organismo necesita más líquidos.
La piel seca y arrugada es otro signo de deshidratación en los niños. Si la piel de tu pequeño parece seca y arrugada, puede indicar que está perdiendo demasiado líquido.
Las fontanelas hundidas son un signo de deshidratación en lactantes y niños muy pequeños. Las fontanelas son los espacios blandos entre los huesos del cráneo y, cuando están hundidas, pueden indicar el inicio de una deshidratación.
Es importante tratar rápidamente la deshidratación en los niños proporcionándoles líquidos claros y fáciles de digerir, como agua, soluciones de rehidratación oral, caldos claros o infusiones. En casos graves, puede ser necesaria la hospitalización para administrar líquidos y electrolitos por vía intravenosa. Si sospecha que su hijo está deshidratado, es importante que busque atención médica inmediatamente.
La deshidratación en los niños es una afección potencialmente peligrosa que puede producirse con diarrea, vómitos, fiebre o simplemente pérdida de líquidos por sudoración excesiva. Estos son los pasos a seguir si su pequeño se deshidrata:
Dar líquidos para reponer los líquidos perdidos. Beber agua es la mejor solución, la más obvia y la más fácil. Los zumos de fruta, los refrescos y las bebidas azucaradas no son recomendables, ya que pueden empeorar la deshidratación al contener poca o nada de agua.
Si su hijo no quiere beber grandes cantidades, intente darle pequeñas cantidades con regularidad. Si es necesario, utilice una jeringuilla o una cuchara para darle pequeñas cantidades de líquido.
Si el niño muestra signos de deshidratación grave, como fiebre, vómitos persistentes o diarrea intensa, es importante buscar atención médica de inmediato. En algunos casos, puede ser necesaria la hospitalización para reponer adecuadamente los líquidos del niño.
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